martes, 4 de enero de 2011

Los “hijos de Dios”, padres de los nefilim.

Numerosos escritos antiguos nos hablan de los nefilim. Su nombre viene de la palabra griega que significa “los caídos”, aunque tradicionalmente se ha traducido como gigantes.

Según el Antiguo Testamento, el reconocido por la Iglesia Católica como inspirado por la divinidad, fueron una raza de gigantes que habitó la tierra durante los primeros tiempos del hombre. Eran fruto de la relación entre “los hijos de Dios” y las “hijas del hombre”. Entre otras citas que la Biblia hace de estos, destacar:

Génesis 6
1 Cuando la humanidad comenzó a multiplicarse sobre el haz de la tierra y les nacieron hijas,
2 vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres les venían bien, y tomaron por mujeres a las que preferían de entre todas ellas.
3 Entonces dijo Yahveh: "No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne; que sus días sean 120 años."
4 Los nefilim existían en la tierra por aquel entonces (y también después), cuando los hijos de Dios se unían a las hijas de los hombres y ellas les daban hijos: estos fueron los poderosos de la antigüedad, hombres famosos.

Leído lo anterior, la pregunta esencial es: ¿a quién se refiere el Antiguo Testamento cuando dice “los hijos de Dios”?, ¿eran ángeles, humanos o quienes eran aquellos que se unieron a las hijas de los hombres.?

La postura que mantiene la Iglesia Católica niega la relación carnal entre seres celestiales y humanos, explicando que en realidad son los descendientes de Set (tercer hijo de Adán y Eva después de Caín y Abel), llamados así por su amor a Dios. Pero de las palabras de Dios del Génesis 6.3 se puede deducir que el espíritu de Dios permanecía en los hijos de Dios y que al tener descendencia con las hijas del hombre permanecería también en el hombre, cosa que no parece tolerar Dios.

Por otro lado en el libro de Job del Antiguo Testamento se dice:

Job 38
1 Yahveh respondió a Job desde el seno de la tempestad y dijo:
4 Dónde estabas tú cuando fundaba yo la tierra? Indícalo, si sabes la verdad.
6 ¿Sobre qué se afirmaron sus bases? ¿quién asentó su piedra angular,
7 entre el clamor a coro de las estrellas del alba y las aclamaciones de todos los hijos de Dios?

Es decir que los llamados “hijos de Dios” estaban ya en el momento de la creación de la Tierra, aclamando a Dios. Luego parece imposible que sean los descendientes del tercer hijo de Adán y Eva. Entonces la pregunta sigue sin respuesta:

¿Quiénes eran aquellos “hijos de Dios”, progenitores de los Nefilim?

Buscando respuesta en otros libros es fácil dar con el Libro de Enoc. Para situarnos, este Enoc era el séptimo desde Adán, bisabuelo de Noe y padre de Matusalem. El Libro está reconocido por la Iglesia ortodoxa Etíope, no así por la Católica, y dice:

Capítulo 6
1 Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas;
2 y los Vigilantes, hijos del cielo las vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: "Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos".

Indudablemente se trata de los mismos seres, pero no les denomina “hijos de Dios”, sino Vigilantes y aporta el dato de que son hijos del cielo.

Si seguimos buscando otras fuentes, daremos sin duda con el Libro de los Jubileos. Una de las más importantes obras apócrifas del Antiguo Testamento, que data del siglo II a.C. Este libro dice:

Capítulo 5
1 Cuando los hijos de los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra y tuvieron hijas, vieron los ángeles del Señor, en un año de este jubileo, que eran hermosas de aspecto. Tomaron por mujeres a las que eligieron entre ellas, y les parieron hijos, que fueron los gigantes.

Mismos seres y misma escena, pero en esta ocasión la definición es clara: ángeles del Señor.

Una persona creyente podría aceptar que esos seres que tuvieron relaciones con mujeres, fueron ángeles desviados del camino de la divinidad, sin excesivos problemas, pero los agnósticos tienen algún problema en aceptar esta postura y buscando una explicación más acorde con su ateísmo se plantean diversas posiciones.

Una de ellas es pensar que lo que dicen estos textos no reviste tintes de realidad alguna, pero lo cierto es que cuando la mayoría de los escasos textos que se conservan de aquella época, nos hablan de hechos similares, es fácil pensar que algo sucedió realmente y que los habitantes de aquellos tiempos lo explicaron tal como lo asimilaron sus mentes, es decir acudiendo a explicaciones divinas.

Es en esta línea donde muchos se atreven a decir que es posible que esos seres efectivamente vinieron a la Tierra, y que como se explica en los textos vinieron del cielo. En este punto la conclusión es clara: no eran seres terrenales, deduciendo finalmente que eran extra-terrenales o lo que es lo mismo extraterrestres.

Pero esta idea alienígena de ciertos pasajes contenidos en estos escritos de la antigüedad, dan para mucho, porque son muchos los pasajes que hablan de cosas que bien podrían ubicarse en esa idea, pero por lo extenso del asunto será algo que afrontaré en futuras entradas de este blog. Nos quedamos en esta ocasión con esta pincelada de los llamados “hijos de Dios".

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